
Este lunes, la Legislatura porteña fue la sede de los cuestionamientos hacia el jefe de Gobierno. Hasta allí llegaron organizaciones de derechos humanos, familiares de las víctimas del ataque a la mutual judía y legisladores de la oposición (que se mostraban juntos por primera vez tras el resultado con “gusto a poco” conseguido por el Pro en las elecciones legislativas del 28). Allí, Sergio Burstein, integrante de Familiares y Amigos de las víctimas del atentado a la AMIA, lanzó una memorable frase que dejó entrever el sentimiento de algunos familiares por el ex comisario: “El Fino Palacios es el Astiz de los familiares del atentado a la AMIA”, dijo.

Por su parte, los legisladores de la oposición presentaron un proyecto de ley de reforma a la Ley de Seguridad para que sea la Legislatura la que designe al jefe de la Policía Metropolitana y pidieron interpelar al ministro de Justicia porteño, Guillermo Montenegro. El ex juez aceptó, en lugar de la interpelación, concurrir a la comisión de Seguridad de la Legislatura el miércoles por la tarde.
Ese día, Montenegro afirmó que Palacios “es el mejor jefe de Policía que puede tener la ciudad” e inmediatamente comenzaron una lluvia de abucheos de todos los presentes. Además de los cargos concretos que pesan contra él en la Justicia, el futuro jefe de la Policía escribió un libro en el que señaló que antes de la dictadura, Argentina “era el teatro de operaciones de los revolucionarios marxistas”. Montenegro fue incapaz de defender a su comisario.
La foja de servicios de Palacios también menciona su asesoramiento al ex gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, antes del asesinato, en abril de 2007, del maestro Carlos Fuentealba. Es evidente que esta semana quedó eliminada la tan mentada “capacidad de diálogo” de Mauricio. En el acto por el 9 de julio en la Plaza de Mayo, Macri dijo que Palacios estaba “absolutamente ratificado en su cargo” y esta semana se prevé que intente bajarle el tono a la controversia por Palacios si logra una audiencia con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En el balance, esta semana quedó ratificado que dialogar no es PRO, discutir no es PRO, consensuar tampoco es PRO y reprimir, muy probablemente sea PRO. En su año y medio de gestión, además de cambiar la dirección de las avenidas y calles para mejorar el tránsito porteño (nuestro peor problema, claro), Macri ordenó cientos de desalojos, no dio soluciones de vivienda a la gente de más bajos recursos, cerró líneas telefónicas de ayuda contra las mujeres golpeadas, no creó una oficina contra la Trata de mujeres y ahora se da el lujo de nombrar a un funcionario para la que seguramente será su nueva Maldita Policía. Da asco.
Bárbara Komarovsky
Fotos: ADN Mundo y Página 12
Lo de Fino Palacios es una clara demostración de lo que se trae Macri entre manos.
Lamentablemente, es mucha la gente que cree que es necesaria la mano dura y que va a seguir apoyando a figuras nefastas como Macri y De Nárvaez. Es gente sin perspectiva social ni solidaridad con el otro, sólo buscan estar cómodos ellos, el resto no importa y no ven que políticas de esta índole sólo se traducen en más problemas sociales.
Coincido mucho con lo que decís, Barby.
Besos
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