Los partidos más importantes organizaron la ansiosa espera de los resultados de los escrutinios en diferentes puntos de la Ciudad, en su mayoría, grandes hoteles. Pero San Telmo fue testigo de un búnker que nadie cubrió, porque en verdad no era de ningún partido político, más allá de las coincidencias o diferencias con quienes tenían cargos en juego. Los integrantes de Carta Abierta, ese espacio en el que periodistas y representantes de la ciencia y la cultura formaron en defensa de la democracia, colmaron el Refugio de Oleiros, un restaurante con sabor a España ubicado en Piedras al 800.
Entre cantimpalos, quesos, buñuelitos de acelga, vino tinto y soda, los presentes analizaban la jornada electoral y cada tanto prestaban atención a uno de los tres televisores ubicados estratégicamente para que nadie se quedara sin seguir los resultados. No quedaba un resquicio donde sentarse y quienes llegaban tarde esperaban de pie un lugar.
El silencio sólo tenía espacio cuando en los televisores aparecía el búnker K, que estaba a pocas cuadras y a plena murga callejera, cuando transmitían desde el Hotel Bauen de Proyecto Sur o desde el Centro de Cómputos en Barracas. “Buuuu”, gritaron unos cuantos cuando Mauricio Macri y Gabriela Michetti tomaron la palabra para anunciar su triunfo en la Ciudad de Buenos Aires.
Cerca de las 21:40 apareció Fernando “Pino” Solanas en la pantalla de los televisores. De nuevo el breve silencio reinó en El Refugio y una señora de verde exclamó: “Hablá de Honduras, Pino”. El bullicio ganó.
Para cuando los números comenzaban a tener forma y los partidos se acomodaban de mayor a menor, llegó la comida. Pollo al verdeo con papas noisette para todos y todas. Entonces a ésta cronista le dio hambre y decidió que era momento de marchar, porque en El Refugio de Oleiros no entraba ni un escarbadientes y la lluvia esperaba afuera.
Entre cantimpalos, quesos, buñuelitos de acelga, vino tinto y soda, los presentes analizaban la jornada electoral y cada tanto prestaban atención a uno de los tres televisores ubicados estratégicamente para que nadie se quedara sin seguir los resultados. No quedaba un resquicio donde sentarse y quienes llegaban tarde esperaban de pie un lugar.
El silencio sólo tenía espacio cuando en los televisores aparecía el búnker K, que estaba a pocas cuadras y a plena murga callejera, cuando transmitían desde el Hotel Bauen de Proyecto Sur o desde el Centro de Cómputos en Barracas. “Buuuu”, gritaron unos cuantos cuando Mauricio Macri y Gabriela Michetti tomaron la palabra para anunciar su triunfo en la Ciudad de Buenos Aires.
Cerca de las 21:40 apareció Fernando “Pino” Solanas en la pantalla de los televisores. De nuevo el breve silencio reinó en El Refugio y una señora de verde exclamó: “Hablá de Honduras, Pino”. El bullicio ganó.
Para cuando los números comenzaban a tener forma y los partidos se acomodaban de mayor a menor, llegó la comida. Pollo al verdeo con papas noisette para todos y todas. Entonces a ésta cronista le dio hambre y decidió que era momento de marchar, porque en El Refugio de Oleiros no entraba ni un escarbadientes y la lluvia esperaba afuera.
Pamela Querejeta Leiva
1 comentarios:
Chicas escriben tan bien que nos hacen "vivir" las bambalinas de las elecciones. Gracias
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