lunes, 29 de junio de 2009

La lección del búnker

El día de las elecciones podrá ser un día más de trabajo para los periodistas. Los estudiantes que decidimos cubrir lo que sucede en ese día todavía tenemos la ventaja de poder tomárnoslo como un juego. Hay un lugar central en cualquier elección: el búnker. Y se pueden aprender algunas cosas estando en uno:

Acreditación
Se supone que a nadie le gusta ser etiquetado de ninguna manera, pero en lugares como los búnkers es lo único que cuenta. Estar con un cartelito a la vista de quien quiera verlo te permite moverte con libertad para observar, tomar notar, sacar fotos y grabar todo lo que te dé la gana. Incluso quizás logres conseguir algo para beber o comer.



Solidaridad
Aunque hay veces que el periodismo no parece un ámbito demasiado amable, se ven muestras de solidaridad de vez en cuando: los movileros que se consultan nombres, cargos u otros datos entre ellos antes de salir al aire, los que se turnan para sostener el grabador cerca del parlante, los fotógrafos que ceden lugar para que todos puedan obtener buenas tomas.

Rotación
Cuando son las primeras horas de la tarde y aparece un candidato dispuesto a hablar, empieza a haber una especie de juego de rotación. Primero, hay un enjambre de grabadores que se acercan para tomar las primeras declaraciones. Luego iran apareciendo celulares que les alcanzan los movileros para comunicarlos con el programa de radio para el cual trabajan. Y entonces es el turno de las cámaras de televisión, que, en general, vienen con notero-micrófono-auriculares incluidos. Así es como se termina viendo al candidato frente a un grabador, micrófono o cámara diferente cada 5 minutos.


Estudiantes
Si hay alguien tomando nota de manera frenética, se puede apostar a que es estudiante. También suelen serlo aquellos que recorren el lugar mirando todo en grupos de 3 o 4 personas. Y además, suelen observar con curiosidad a los "periodistas de verdad".


Celulares
Sabemos que no se puede usar el celular en lugares como estaciones de servicio y bancos, y que uno tiene que apagarlo (se supone) si esta en un cine o teatro. En algunas situaciones que se ven en los bunkers también se podrían aplicar algunas reglas. Por ejemplo, los candidatos no deberían usarlos cuando otro candidato esta dando sus declaraciones a los medios.


Con la comida no se jode
Tantas horas en un mismo lugar dan sed y hambre, pero muchas veces estas necesidades no pueden satisfacerse muy facilmente. Si se ve a alguien aparecer con comida o una bebida en la mano, varios dejarán sus tareas para poder conseguir algo también. Y el que se quede en su lugar podrá observar el brillo en los ojos del que consiguió la última lata de gaseosa.


Fotos: gentileza María Eugenia Noto (1º año, TEA)


Paula Rey

3 comentarios:

maría dijo...

Una nota con mucha frescura. Con el ítem Solidaridad, reconocí la firma sin leerla

maría dijo...

Excelente crónica de una aventura en un "bunker" político en un día de elecciones.


Pancho.

Anónimo dijo...

Me gusto Pau lo que escribiste..apenas comence a leerlo supuse que era escrito por vos...ya te concozco demasiados amiga!!!jejejeje

Magui